El temps retrobat, 1

Tras una larga estancia en un sanatorio, donde ha sido ingresado a causa de sus recurrentes problemas de salud, el protagonista regresa a París en plena Primera Guerra Mundial y se encuentra una ciudad que vive pendiente de los acontecimientos que se van sucediendo en los diferentes frentes. En el transcurso de un paseo nocturno, en medio de un paisaje urbano completamente a oscuras a causa de las alarmas antiaéreas, coincide por casualidad con el barón de Charlus. Paseando por las calles sumidas en la oscuridad, ambos mantienen una larga conversación, durante la cual ponen al día todo lo que les ha sucedido en los años que no se han visto. Después de despedirse, el protagonista se da cuenta de que está cansado y tiene sed, pero lo encuentra todo encerrado. Azarosamente, va a parar a un establecimiento que parece un hotel, pero que, una vez está dentro, se da cuenta de que es un burdel masculino. Allí verá, a escondidas, al señor de Charlus en una habitación, encadenado y haciéndose azotar voluntariamente por otro hombre. También encontrará a Jupien, el sastre que tenía el taller debajo de casa de los Guermantes y al que tiempo atrás pilló manteniendo relaciones con Charlus. De hecho, parece que Jupien es, precisamente, el gerente de este burdel.