Juan de Castilla y Aguayo (Córdoba, 1540-1596) fue un noble descendiente directo de la línea bastarda del rey Don Pedro I El Cruel de Castilla, y del linaje de los Aguayo de Córdoba. Educado en la Compañía de Jesús, fue regidor del Cabildo Municipal de Córdoba y un destacado humanista. También fue designado por el Cabildo Eclesiástico para defender ante la Santa Sede la autenticidad de los huesos de los mártires que se habían encontrado en la Iglesia de San Pedro.