Nendo Dango (Málaga, 1969) es el seudónimo –honores a la Madre Tierra y su sed de árboles– de este geólogo errante en busca de agua: de ridículos proyectos de desarrollo en países bananeros a estrafalarias intervenciones de urgencia en crisis humanitarias. El autor, que da sus primeros traspiés como voluntario de una pequeña oenegé para acabar de oficial de Naciones Unidas, va amontonando durante años borradores de estrambóticos sucesos.