Antolín Faraldo Asorey (Betanzos, 1822-Granada, 1853) fue, en palabras de Manuel Murguía, «el primero y el mejor». Simboliza, ante todo, la voz de una generación, la de los Provincialistas, que iniciaron el camino hacia el autogobierno de Galicia. Faraldo fue alma y mente de la Revolución de 1846, la que concluyó trágicamente con el fusilamiento de los hoy conocidos como Mártires de Carral