Es uno de los musicólogos más prestigiosos del Barroco hispánico. Desde hace más de dos décadas, como investigador del CSIC, se dedica a editar repertorio poético-musical inédito del siglo XVII y a estudiar su lenguaje musical. Asimismo, desde el año 2000, sus investigaciones son de carácter interdisciplinario con una metodología propia y creada, junto con Lola Josa (filóloga), para poder editar el arte poético-musical de los cancioneros más importantes del Barroco: el Libro de tonos humanos (1655-1656) y el Cancionero poético-musical de Lisboa, y otras antologías como el Manojuelo poético-musical de Nueva York, recopiladas por los propios investigadores. A su vez, ha sido el creador de una línea de transferencia de conocimiento a la sociedad en el ámbito de las Humanidades con la creación de Música Poética, la colección de música antigua del CSIC de la que es director.