Michèle Lesbre (La Creuse, 1939) comenzó tardíamente en la literatura, pero eso no ha sido obstáculo para erigirse en una de las voces más personales de la actual narrativa francesa. Después de trabajar en diversas compañías teatrales y dedicarse durante años a la enseñanza infantil, su carrera literaria comenzó con una serie de novelas negras. En 2010 fue condecorada por el Ministerio de Cultura de Francia con la Orden de las Artes y las Letras, por su importante contribución a la literatura francesa.