Antonio López Ferreiro (Santiago de Compostela, 1837-1910). Siguió la carrera eclesiástica y en 1871 fue nombrado canónigo del cabildo compostelano, lo que le permitió acceder al archivo documental de la catedral, y aprovecharlo para realizar trabajos de investigación y cultivar la novela histórica, género de enorme vigencia en el Romanticismo.