Editorial: Libros.com
Número de páginas: 260 págs. 21.0 x 14.0 cm
Fecha de edición: 01-11-2016
EAN: 9788416881734
ISBN: 978-84-16881-73-4
Precio (sin IVA): 15,39 €
Precio (IVA incluído): 16,01 €
Pasé más de tres años como preso político en las cárceles franquistas, condenado por luchar contra el régimen. Cuando me detuvieron estaba casado, tenía una hija de dos años y mi mujer estaba embarazada.
Desde las diferentes cárceles escribí cerca de 300 cartas a mi mujer, que he conservado. Con las transcripción de muchas de ellas, mis recuerdos de aquella época y las emociones que me produjo su lectura cuarenta años después, he escrito un libro que narra cómo era nuestra vida en las cárceles franquistas y cómo vivimos los acontecimientos políticos que se fueron desarrollando durante los últimos años de la dictadura, incluida nuestra lucha por defender nuestros derechos.
Es un libro que revela mis esfuerzos y los de Karen por mantener vivo nuestro amor en esas difíciles condiciones. Amor que sigue durando después de más de cuarenta años.
Tres años de cárcel como preso político han marcado mi vida. En primer lugar, para recordarme los sacrificios que tuvimos quehacer muchos miles de españoles para conseguir acabar con el franquismo. Esa historia no la podemos olvidar, como algunos pretenden, si queremos que no se vuelva a repetir.
A nivel personal me ayudó a conocer mejor a las personas, a valorar las pequeñas cosas, la amistad y el compañerismo, a saber disfrutar de la vida en condiciones difíciles. Siguen muy presentes en mis recuerdos esos momentos de alegría, reunidos en una celda, para celebrar que un compañero salía en libertad o que a otro le habían rebajado la condena.
Cómo voy a olvidar la cara de mi hija Lina, cuando entró en Carabanchel por primera vez -con apenas tres años- y al salir me dijo: "Papá ponte el abrigo que fuera hace frío". O esas horribles comunicaciones en Soria con mi mujer, a la que apenas veía a través de las dos rejas que nos separaban, en una sala oscura, y con un funcionario en medio que oía nuestra conversación y se sentía con el derecho de interrumpirla si lo que decíamos no le gustaba.
Yo no puedo olvidar esto y creo que los que no lo vivieron, que son mayoría y están acostumbrados a vivir en libertad, deben conocerlo y valorarlo para no vuelva a ocurrir. Espero que la lectura de este libro ayude a conseguir ese objetivo.