Editorial: Editorial Reus
Colección: Prosas y versos de juristas
Número de páginas: 88 págs. 21.0 x 13.0 cm
Fecha de edición: 02-05-2018
EAN: 9788429020564
ISBN: 978-84-290-2056-4
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Carlos Cibrán, en lo que a ficción respecta, es, fundamentalmente, poeta, habiendo escrito versos a lo largo y ancho de cuarenta años cumplidos, todos ellos reunidos en un libro de esta colección titulado Poesía completa, que yo mismo presenté hace un año. Con todo y de vez en cuando, Cibrán, en este siglo, ha escrito cuentos, los cuentos que siguen, cortos y sin mayores pretensiones, para divertirse más que nada. Entre los cuentistas acreditados que ha tenido presentes, Cibrán gusta mucho de Aldecoa —por ser capaz de hacer como fotos, nítidas, de la realidad, aun ficticia, que describe—, de Borges —en ocasiones, por la densidad dramática que, escuetamente, consigue—, de Chejov —por dar tintes de normalidad a los acontecimientos más raros que uno pueda imaginarse, integrándolos en lo cotidiano—, gustando por distintas razones y también, de Irving, de García Márquez, de Bécquer incluso. Gustando, sobre todo y por sintonizar con él en lo más profundo, de Álvaro Cunqueiro —Merlín y Familia, todo fabulación, sin concesión alguna a lo zafio—, que contaba historias en la radio y sucedidos, diciendo, entre otras cosas —con énfasis y convencimiento, en tono doctoral—, que el zanco izquierdo de los pollos era más sabroso que el derecho, por apoyarse las aves dichas en este último para rascarse, lo cual lo hacía más correoso. Cunqueiro, en el fondo y con la cultura clásica en la mano, contaba historias como las contaban los viejos gallegos, al amor de la lumbre del hogar o al del fuego con el que el aguardentero preparaba los licores caseros, cual hizo también Neira Vilas, en sus memorias ultramarinas de un niño gallego y labriego