El cazador de lobos

Algar Molinos, Lorenzo

¿Qué sucedería si al acudir al hospital no hubiese medios para prestar los cuidados precisos? ¿Qué ocurriría si los hospitales dejasen de funcionar, carentes de recursos humanos y materiales? ¿Con qué tranquilidad saldríamos a las calles si no estuvieran vigiladas por los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado? Si los comercios de alimentación no reciben suministros, o si nunca más abrieran, ¿de dónde obtendremos el sustento? Sin escuelas, ¿qué futuro tendrían los jóvenes? Si las instituciones desaparecieran por falta de medios para actuar, ¿cuál sería el devenir de la sociedad?
Abraham Solano es un sargento competente de la Guardia Civil que lleva una vida cómoda junto a su mujer en la Huelva que los vio nacer. Lamentablemente, en noviembre de dos mil veintidós las cuestiones anteriores no precisan de respuesta, pues son la realidad de un presente que no otorga resquicio a preguntarse nada, solo a actuar y sobrevivir. En un mundo asolado por la pandemia, sin normas, en el que el respeto, la bondad o los sentimientos son debilidades inasumibles, la única ley es la que impone el más fuerte, y la fuerza la ejercen los lobos.