Escacena Carrasco, José Luis
(ed.)
Editorial: Universidad de Sevilla
Editorial: Junta de Andalucía. Consejería de Cultura
Colección: Spal monografías ; 46
Número de páginas: 216 págs. 30.0 x 21.0 cm
Fecha de edición: 15-11-2022
EAN: 9788447223558
ISBN: 978-84-472-2355-8
EAN: 9788499594286
ISBN: 978-84-9959-428-6
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Situada en el término municipal de Cazalla de la Sierra (Sevilla), Cueva Chica forma parte de un complejo de cavidades kársticas de la Sierra Morena occidental, por lo demás muy poco frecuentes en el occidente hispano. En casi todas esas oquedades y simas consta la existencia de restos arqueológicos que corroboran su ocupación en diversos periodos prehistóricos e históricos. De momento se han excavado pocos enclaves de ese conjunto ubicado en el Cerro de Santiago, siendo Cueva Chica uno de los más y mejor conocidos junto con la vecina Cueva del Ocho. El yacimiento cuenta con una importante estratigrafía antrópica que, con inicios en el Neolítico, continúa durante la Edad del Cobre y del Bronce Antiguo. Se trata de una larga etapa desarrollada entre el VI milenio y el II a.C. Posteriormente, la covacha conoció una frecuentación más esporádica en época tartésica y medieval.
En 1976 y 1980 Cueva Chica fue objeto de sendas campañas arqueológicas dirigidas por el profesor Manuel Pellicer Catalán, que entonces desarrollaba su labor docente e investigadora en el Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla. Pero sus resultados no han podido publicarse extensamente hasta ahora. El libro que tiene el lector en sus manos da a conocer solo la ocupación neolítica de la caverna, cuando fue usada básicamente como recinto funerario por parte de comunidades agropecuarias que vivían en pequeñas granjas y aldeas dispersas por el territorio circundante, si bien estos hábitats al aire libre permanecen aún bastante desconocidos. La obra se basa casi en su totalidad en la documentación conservada de aquellas intervenciones, limitada a los diarios de campo, a los inventarios de materiales, a los dibujos de los elementos arqueológicos y a la planimetría. A estos datos se ha añadido información cronológica deducida de las nuevas pruebas radiocarbónicas realizadas; también diversos estudios llevados a cabo sobre los restos óseos rescatados entonces, que todavía se custodian en el Laboratorio de Paleobiología del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.
En la bibliografía especializada sobre el Neolítico ibérico, muchas cuevas se han considerado mayormente viviendas de unidades familiares. Sin embargo, Cueva Chica cuenta con diversos elementos arqueológicos y rasgos físicos que aconsejan interpretarla como cámara mortuoria. En apoyo de esta hipótesis puede citarse su problemática habitabilidad y la presencia de restos humanos en casi todos los niveles neolíticos, pero también la existencia de elementos simbólicos relacionables con las creencias de ultratumba.