El Parménides de Platón

un diálogo de la indecible

Lorite Mena, José

Desde sus comienzos la filosofía griega se alimentó de su capacidad para reproducirse críticamente. De ahí que históricamente aparezca como un continuo alejamiento de sí misma: una crisis interminable que configura una estética de la existencia. Este dinamismo proviene de la tensión contenida en el término que soporta el quehacer filosófico y le sirve de modo de expresión: el lógos. En este término se condensa una concepción de la palabra y una relación con el saber: la palabra como espacio de la vida pública, como pugna de opiniones, y el saber como crecimiento del individuo en la libre apropiación de sus posibilidades.El pensamiento de Platón se produce como diálogo en esta tensión, como una polémica del saber con su ignorancia; y el individuo encuentra su realidad en esa agonía a la que el saber somete interminablemente sus propias adquisiciones. El término que acogió ese inacabamiento del lógos es la dialéctica.El Parménides constituye el punto culminante de la práctica de la palabra y del crecimiento del saber en Platón, un espacio donde el decir y el conocer se producen mutuamente hasta agotar sus posibilidades. Para Platón sólo entonces se da el pensamiento.