En Decelia

dos ensayos de S.M. la Reina de España, Doña Sofía, y S.A.R. la Princesa Irene de Grecia

Sofía, Reina consorte de Juan Carlos I, Rey de España
Fernández Rodríguez, María Jesús (trad.)

No estamos ante una investigación más, de las miles que componen el panorama arqueológico griego. Nada que ver con los libros de los ilustres entre los ilustres —Evans o Schlicmann— que sorprenda y deslumbre por la novedad y trascendencia de los descubrimientos. Y sin embargo tiene grandeza y novedad que no tienen otros.
Se trata de una investigación de dos jovencitas, dirigidas por su profesora de arqueología. ¿Una investigación escolar, pues? De ninguna manera. Estamos ante un trabajo lleno de pasión juvenil, sí; y también de una mirada llena de amor por la historia y la cultura raíz de Europa; y desde luego, con la seriedad y responsabilidad de unos ojos iluminados por la voluntad insobornable de verdad que busca sin descanso suelo sólido para el conocimiento; que no desprecia el fragmento mínimo de cerámica porque sabe que compone un todo y que la grandeza del todo está presente en él.
El libro tiene además la grandeza de describir con minucia el camino: el método. Método que asegura la intención de recomposición del mundo perdido de la Polis, que permanece dormida debajo de la ciudad. Atenas es la capital de Europa, pero el embrión de la polis ya estaba, como intuyen las autoras, en la acrópolis de Afidna en Deceba. Deceba no está coronada de violetas ni cultiva el mirto, pero retiene el regalo de la diosa: el obvo. A esc mundo originario que parece sabr de la disputa olvidada de Atenea y Poseidón, se aplica el ojo bien formado arqueológicamente de las autoras.