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Europe, 1859

In the Ebb and Flow of Modernity

Haberman, Arthur

In 1859, Charles Baudelaire is writing the poetry and criticism of the new urban cultural and social world which would make him described by a number of historians as the first modern. Indeed, it is he who coined the term "modernity". In the east, Ivan Turgenev with On the Eve begins reflections about Russia and modernity which would result in his next novel, set in 1859, Fathers and Sons. The latter still resonates today. In Switzerland, Jacob Burckhardt is inventing the Renaissance as a means of understanding what is happening in his own time. Indeed, we never talked about a Renaissance until Burckhardt published his The Civilization of the Renaissance in Italy in 1860, something he wrote in order to better understand his own times. In the West, several important and central works of European culture are being written in England by both British writers and exiles. Marx is researching Das Capital and writing A Contribution to the Critique of Political Economy. Mazzini is writing his major work on modern nationalism, The Duties of Man, just as Italy is beginning its decade of unification and the European map is beginning a period of extraordinary change. John Stuart Mill published his On Liberty in early 1859, still the work that is the modern ground of democratic ideas dealing with the relationship between liberty and authority. And in November 1859 one of the dozen or so most influential works of all of European history and science, one that shattered many pre-modern concepts, The Origin of Species, was published by Charles Darwin.
The thinkers who were prominent at the time were, in a full sense, public intellectuals. Their works were read, debated, applauded, feared, defended and scorned in the public forums, what philosophers sometimes called the marketplace. It was in 1859 that modernity, the world as we now know it, gets confronted and encountered. As a result concepts and ideas we still use, then new, get thought about and become part of the public discourse. From this point on, the dialogue is forever transformed.

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En 1859, Charles Baudelaire está escribiendo la poesía y la crítica del nuevo mundo cultural y social urbano que hará que varios historiadores lo califiquen como el primer moderno. De hecho, fue él quien acuñó el término "modernidad". En oriente, Iván Turguéniev inicia con En la víspera reflexiones sobre Rusia y la modernidad que desembocarían en su siguiente novela, ambientada en 1859, Padres e hijos. Esta última aún resuena hoy en día. En Suiza, Jacob Burckhardt inventa el Renacimiento para comprender lo que ocurre en su época. De hecho, nunca se habló de Renacimiento hasta que Burckhardt publicó su La civilización del Renacimiento en Italia en 1860, algo que escribió para comprender mejor su propia época. En Occidente, varias obras importantes y centrales de la cultura europea están siendo escritas en Inglaterra tanto por escritores británicos como por exiliados. Marx investiga El Capital y escribe Contribución a la crítica de la economía política. Mazzini escribe su principal obra sobre el nacionalismo moderno, Los deberes del hombre, justo cuando Italia inicia su década de unificación y el mapa europeo comienza un periodo de cambios extraordinarios. John Stuart Mill publica a principios de 1859 su Sobre la libertad, obra que sigue siendo la base moderna de las ideas democráticas que tratan de la relación entre libertad y autoridad. Y en noviembre de 1859 Charles Darwin publicó El origen de las especies, una de las doce obras más influyentes de toda la historia y la ciencia europeas, que echó por tierra muchos conceptos premodernos.
Los pensadores más destacados de la época eran, en pleno sentido, intelectuales públicos. Sus obras eran leídas, debatidas, aplaudidas, temidas, defendidas y despreciadas en los foros públicos, lo que los filósofos llamaban a veces el mercado. Fue en 1859 cuando la modernidad, el mundo tal y como lo conocemos ahora, se enfrenta y encuentra. Como resultado, conceptos e ideas que aún utilizamos, entonces nuevos, se ponen a pensar y pasan a formar parte del discurso público. A partir de ese momento, el diálogo se transforma para siempre.