God save Froilán

Díaz Bravo, Santiago

Corre el año 1498. Enrique VII de Inglaterra, embriagado, disputa una partida de ajedrez con un marinero andaluz y se apuesta su reino: si pierde, se lo cederá durante veinticuatro horas. Cinco siglos después, un grupo de aristócratas españoles encarga a un historiador que inda­gue en los vericuetos del efímero reinado de Juan Gonzaga. Sus pes­quisas desembocan en una sorprendente revelación: el acuerdo, a la postre traicionado por el soberano, contemplaba la cesión sine die de los derechos dinásticos y convertía a los descendientes del navegante en legítimos herederos de la Corona. Tras hallar al último vástago de los Gonzaga, un joven de turbia repu­tación, los aristócratas se ponen por obra sentarlo en el trono de una moribunda Isabel II. Pero a esas alturas el Gobierno de España y los Borbones, al tanto de las andanzas de los nobles, barajan otro plan: aprovechar la coyuntura para convertir en monarca del Reino Unido al sobrino de Felipe VI, Juan Froilán de Todos los Santos