La estirpe del Arrabal

Panadero, Carmen

Córdoba, siglo IX. Reinaba al-Haqem I, el más despótico de los emires omeyas. Abũ Hafs y su familia se ven envueltos en el motín de un arrabal de la capital andalusí, padecen el implacable castigo con que se reprimió, las ejecuciones de amigos y vecinos, la pérdida de todos sus bienes, el destierro con otras 22000 familias, el penoso éxodo por el norte de África, pero lograron sobrevivir, y ahí comienza su gesta.
Los proscritos del arrabal arrebataron Creta a Bizancio, siendo jurado Abũ Hafs como primer emir de la recién nacida dinastía. Allí pudieron recrear su segunda Córdoba y recobrar sus costumbres. Abũ Hafs entregó su vida a aquel sufrido pueblo, lo guió cuando se hallaba sin rumbo, acuñó su propia moneda, impulsó un comercio floreciente, abrió Creta al mundo y dirimió en ella los conflictos religiosos que azotaban a Bizancio.
Todo ello adobado con intrigas, traiciones, abnegación, amores y desamores: la lucha de todo un pueblo por su supervivencia.