Garrigós Sirvent, Bernardo
(...)
Editorial: Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert
Colección: Ensayo e investigación ; 124
Número de páginas: 392 págs. 21.0 x 16.2 cm
Fecha de edición: 30-12-2016
EAN: 9788477847212
ISBN: 978-84-7784-721-2
Precio (sin IVA): 9,62 €
Precio (IVA incluído): 10,00 €
El último cuarto del siglo XIX trajo consigo la mecanización del proceso de producción en la elaboración de turrones y dulces, lo que, a su vez, sirvió de catalizador para que nuevos sectores industriales se asentaran en Xixona. Por este motivo, poco a poco se van instalando talleres que se implican en el diseño y fabricación de pequeñas máquinas que fueran sustituyendo el lento trabajo manual. Faltaba, sin embargo, una potencia motriz adecuada.
En los primeros años del siglo XX, la fuente de energía que movía los primeros diseños industriales surgidos del proceso de mecanización fue el vapor (en 1905, Francisco Mira Miralles, de Xixona, patentó su boixet movido a vapor). Sin embargo, con posterioridad, cuando la electricidad se convirtió en una fuente fiable y relativamente fácil de obtener; las ventajas que presentaba frente al vapor hicieron inevitable que lo sustituyese como fuente de energía.
Las tres primeras décadas del siglo XX fueron testigos de la introducción de la energía eléctrica en Xixona, necesaria para modernizar la industria turronera. También sirvió para renovar el alumbrado público y privado que demandaban los cambios sociales. En este contexto, nació el proyecto de la Cooperativa Jijonenca de Electricidad, que en realidad fue un intento fallido de crear en 1927 una asociación local para producir y distribuir energía eléctrica.