La muerte llega por el Este

Ulpiano, Pascual

Rusa, atlética, ojos de un verde que no perdona. Rápida e impecable asesina, de las de un gesto y adiós. Su nombre es Nataliya y te ha dado para el pelo, Palop, que estás hecho una mierda y sigues deslizándote obstinadamente por ese desagüe que nadie, en su sano juicio, se atrevería a llamar vida. Pero a veces hay segundas oportunidades, así que recoge lo que queda de ti, aparca la priva, guárdate tus culpas, ponte de pie y corre, ve a por ella. Porque detrás de Nataliya, detrás de esa eficaz máquina de matar, curtida en las gélidas brumas del pozo sin fondo postsoviético, hay una historia que, tal vez, si al menos algo de todo este embrollo acaba siendo lo que parece, puede que también acabe siendo la tuya.