La vuelta al valle

Isabel Sánchez, José Luis

Uno de los mayores atractivos visuales que tiene Toledo es contemplar desde lejos su abigarrado caserío, sus serpenteantes callejuelas que se entrecruzan formando una intrincada trama de la que emergen sus principales monumentos. Para gozar de esta vista nada mejor que descender del elevado cerro en el que se asienta el Casco Histórico y seguir a pie el recorrido del milenario Tajo, aprovechando para ello la acera que acompaña a la carretera del Valle en su circunvalación a la ciudad. La totalidad del recorrido, desde el puente de Alcántara al de San Martín –o viceversa-, lo componen cerca de cuatro kilómetros y medio, pero merece la pena el esfuerzo por el paisaje que se ofrece a los ojos del caminante, que con frecuencia se verá obligado a detener sus pasos y contemplar desde la distancia cualquiera de los interesantes detalles de esta ciudad, de su río o del entorno de ambos