Las hijas de la fábrica

Montilla, Raúl

Barcelona, años setenta. En el barrio todos quieren trabajar en la SEAT. Lucía lo sabe bien, su padre es uno de esos obreros que lleva toda la vida anhelando conseguir un puesto en la fábrica de coches. Sin embargo, ha sido ella quien ha conseguido entrar a sus 17 años, aunque ese hito, en lugar de enorgullecer a su madre, las ha alejado. Leonor está preocupada porque en el barrio dicen que su hija se ha metido en política, y se siente responsable, porque ella siempre se ha implicado en las reivindicaciones vecinales... y es que cuando llegaron al barrio había mucho por hacer. Aún recuerda aquel primer viaje de Córdoba a Barcelona buscando un futuro mejor. Un futuro para ella y para Lucía, y para Esperanza, y para Laura. Para las mujeres de su familia, que, como ella, siempre estarán dispuestas a luchar por los ideales, por su gente, por sobrevivir