Los yuppies de Pujol llegan a la cima

Cortés, Josep Maria

Vilarrubí, Piqué y Mas, junto a otros coetáneos (Anna Birulés o Miquel Puig), considerados en su momento los yuppies de Pujol, confirman que las élites modernas no dependen sólo de la pirámide sucesoria. Hoy las élites germinan en un conjunto de cruces y aptitudes diferenciales que ya no coinciden en el espacio de clase. Al contrario, conviven en un territorio referencial, a menudo virtual, convertido en dominante. El criterio patrimonialista de autores como Pareto, Mills o Hunter decae ante la construcción de las nuevas élites entendidas como grupos de interés capaces de conectar el Estado y la sociedad a través de las instituciones civiles y los foros de opinión. Algunos de aquellos yuppies de Pujol han llegado a la cima moviendo los hilos de estas instituciones; pertenecen a la clase dirigente, al poder verdadero, en el sentido que le otorgó a este concepto el padre de la historiografía moderna, Jaume Vicens Vives.