Miguelito y el Reencuentro

Erce Eguaras, Juan

Martín Álvarez de Eulate Salanueva mandó ajusticiar de forma despiadada, arrojándolo vivo a una sima, a don Manuel Martínez de Salazar y Espronceda, con fecha de 1 de septiembre de 1839. Este hombre era el edecán enviado como correo con una escolta de seis jinetes de la guardia personal de su excelencia don Baldomero Espartero.
Debía llevar a S.M. la Reina Gobernadora doña María Cristina de Borbón, en el menor tiempo posible, el documento ratificado un día antes con firma y sello de Baldomero Espartero y Rafael Maroto, conocido desde entonces como Convenio de Vergara. De este modo se pusieron fin a las hostilidades entre el Ejército Regular y las tropas insurrectas del pretendiente Carlos V al trono de España.
No obstante a ello, el mencionado Martín Álvarez de Eulate Salanueva, ex capitán de las partidas de Juan Antonio Guergué, actuó de ese modo tan despiadado en tiempo ya de paz, desoyendo las indicaciones del propio Rafael Maroto en las que proclamó previamente el cese de todas las hostilidades. Fue por un motivo siniestro que aún desconocen, y que ante todos ustedes en este juicio sumarísimo debo demostrar.