Perfil perdido

Carnero, Guillermo

Perfil perdido escribe el deseo del poeta de renunciar a la propia memoria vivida y escrita, y así mantiene un frecuente contacto intertextual con su obra anterior, desde Dibujo de la muerte (1967). El arte del olvido que conforma este libro exige partir de un arte de la memoria, que actualice la totalidad del recuerdo como requisito de su desvanecimiento. Dicha memoria es primordialmente la sensorial. Sin que se trate de ámbitos estancos, el primer movimiento está dedicado a la vista, el segundo al oído, el tercero a los restantes sentidos. Los cinco, una vez en blanco, se ofrecen a una mujer, que pasa ante ellos sin detenerse.