Editorial: Anawim
Número de páginas: 218 págs. 21.0 x 14.0 cm
Fecha de edición: 10-09-2025
EAN: 9788412885163
ISBN: 978-84-128851-6-3
Precio (sin IVA): 9,62 €
Precio (IVA incluído): 10,00 €
Consciente de que ya el propio título de esta reflexión puede suscitar controversias, lo reafirmo sin rubor alguno. Pero hay que aclarar… Una declaración antitaurina que brota del catolicismo no significa, viceversa, el afirmar que un partidario de esa fiesta no tenga fe. Pero sí significa que hay aspectos de la cosmovisión que origina esa fe que aún no ve, que no ha integrado. Por tanto, no se trata de descalificar personalmente a nadie. Obviamente, en un debate de este tipo, sí van a aparecer argumentaciones morales y espirituales de signo excluyente, es decir, situadas en un claro ámbito de bien y de mal. Pero la intención es hacer ver (…) El que intentemos argumentar desde una postura específicamente cristiana quiere mostrar asimismo y ante una acusación habitual, que nuestra posición no es sumisa de ideologías extrañas a la fe o directamente anticristianas. Pero tal independencia tampoco significa encapsulamiento, o una actitud sectaria: se pueden valorar —y acoger— intuiciones, ideas, indicaciones, intenciones, amores… de muchos lugares en cuanto se corresponden con la verdad. Aquí viene al caso acudir a aquella rotunda afirmación pronunciada por Santo Tomás respecto a la verdad: «la diga quien la diga viene del Espíritu Santo» (…) De todos modos y en nuestro caso, realmente lo tenemos fácil: para quien quiera escuchar, hay testimonios en la historia de la espiritualidad cristiana clamorosos en relación a este vínculo misterioso del ser humano con las demás criaturas, y hay —sobre todo—, un corpus magisterial extenso y profundo pronunciado de modo insistente por los tres antecesores de León XIV: San Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. Es cuestión de aplicarlo, con valor, sin prejuicios, de modo firme y sereno, a este caso, la tauromaquia.