Todos los días me pertenecen

Fernández Yárritu, Elena

Los auténticos narradores de este libro son los tiempos, lugares y acontecimientos en los que los seres que orbitan a nuestro alrededor –y alrededor de los que orbitamos– marcan trayectorias que configuran un universo humano donde los tiempos cronológicos se mezclan, se entremezclan, de tal manera que es difícil fechar cualquier momento si no es por la huella emotiva, esencial, que han dejado en nosotros. Los griegos tenían dos palabras que diferenciaban bien los tiempos: Cronos y Kairos. Cronos es el que pasa las hojas del almanaque, marcando los días, los años que darán número a nuestra edad, a todos los días que nos pertenecen. Kairos guarda los momentos importantes, esenciales, que dan sentido único a cada vida. Esos no tienen fecha. Kairos ha tenido mucho que ver en estos relatos. El lector, si tiene a bien entrar en estas páginas, encontrará también el espíritu burlón del humor, del que nunca se ha podido desprender la autora y del que, supone, tampoco habría podido hacerlo Kairos.