Ventanas cerradas, cerraduras

Leyva, Antonio

La poesía comprometida de Antonio Leyva sobrecoge a toda conciencia que vea su trazo y escuche su voz. La esperanza de paz y justicia invocada por el poeta y junto a la voz, la magia del signo misterioso de Qijano y la luz prometedora de Rebeka Plana reconfortan el espíritu.
“Mil quijotes barrocos pasada la plaza del reloj tan poco constante su mecanismo siempre con la hora traspapelada en la alforja del alguacil entre mesas bargueños estanterías de la casa consistorial frente al mercado a donde acuden con sus costumbres hipsters de cabeza de ángel ya ancianos ellos y sus mujeres de hermoso pelo hasta la cintura engalanadas con flores del monte secreto desolladero que casi nadie conoce para perros antes colgados de las ramas con la lengua fuera de la valla protectora de sus dientes como tantos más en otras simas caminos vecinales tapias de cementerios que ahora descubren palas y azadones sobre hombros de estudiantes luego en las manos arañando la dehesa tumbas clandestinas en lo hondo fresco del barranco”