Viaje a Canarias y el resto de la península

Pascual, José Vicente

Viaje a Canarias y el resto de la Península ya nos sugiere un trasfondo mucho más complejo de lo que parece desde el título: ¿por qué Canarias primero? ¿Y por qué la Península después? Sin duda, el lector ibérico —y que resida en Canarias— ya se hará una idea. Pero recordemos que soy mexicano y llevo dos años y pico residiendo aquí y aprendiendo como loco el Problema Ibérico, enfrascado en desentrañar los sentimientos nacionales, amalgamados y encontrados entre provincias, ciudades y barrios mismos. Había dicho en otra reseña de un autor gaditano que suelo leer libros con temática local para que, a través de las ficciones y sus profundidades, los personajes me presenten diferentes ángulos de la tierra que piso y de la que desconozco muchas cosas. En el caso de José Vicente es a nivel nacional (y hasta planetario), y él se presenta a sí mismo como un personaje que a la vez funge como guía, un gurú personal y confidente, un vademécum en el que se puede confiar a medida que aprende-aprehende kilómetro a kilómetro, y nos lo chiva como un buen vecino que conoces tras mudarte a un sitio distante.
Viaje a Canarias no parece una ficción, más bien asemeja un diario de viajes. O quizá se plantea como una crónica novelada de mudanzas y su relación con la muerte y la pertenencia. O más bien, no lo sé. Personalmente no me interesa sonsacar verdades de la ficción, porque ya me ha pasado y he sido presa de narradores y sus redes narrativas (y pasando una que otra vergüenza), y tampoco me gusta encasillar el trabajo desenfadado de los demás, así que preferiría dejarlo en un gran texto documental, introspectivo hasta la médula pero que nos ilustra una época singular y complicada de la historia española reciente. Como mexicano-aprendiz de lo que pasa en España, me ha ido de maravilla pasando las páginas y los kilómetros.